Por Ricardo Quiroga
Relaciones comerciales más justas con los principales sellos editoriales, reactivación del tema de políticas públicas editoriales en el Legislativo, homologación tecnológica y hasta una posible escuela para libreros son algunos de los proyectos que están por concretarse para este sector de libreros de barrio, comparte Claudia Bautista.
El pasado 21 de septiembre, en el Día Internacional de la Bibliodiversidad, la Red de Librerías Independientes (RELI) cumplió cuatro años desde su conformación oficial, un plazo tan corto pero tan adverso para el eslabón más vulnerable de la cadena productiva del libro que la red se convirtió rápidamente en un altavoz imprescindible.
Temas como el apuro para una inclusión gremial más franca de los independientes y la generación de acuerdos comerciales asequibles para los pequeños libreros, o la exigencia de políticas fiscales en temas como la tasa cero a librerías y la ampliación del periodo del precio único, fueron temas recurrentes en foros, ferias y webinarios donde la reli tomó iniciativa.
La presidenta de la red y también librera, Claudia Bautista, destacó que, producto de las alianzas, “finalmente hemos llegado a un punto en donde muchas de las búsquedas que nos resultaban muy lejanas y nebulosas se empiezan a cristalizar”.
Mejores acuerdos comerciales
Bautista brinda detalles sobre varias de estas buenas vistas a corto plazo. Una de ellas es el logro de mejores acuerdos comerciales, producto de negociaciones impulsadas por la propia reli, con al menos dos de los sellos editoriales de mayor peso en el país.
“La unam cambió todo su protocolo comercial, antes enfocado exclusivamente en las grandes superficies, a uno enfocado en las librerías pequeñas. Esto implicó casi un año de trabajo de cambios jurídicos y operativos para poder acercarse a nuestros espacios con condiciones cercanas a nuestras necesidades y capacidades de pago. Antes, conseguir una consigna con la unam era heroico, pero lo fueron adaptando hasta que poco antes de la FILUni (a finales de agosto) nos presentaron un nuevo documento con los nuevos términos comerciales”.
La persistencia de la reli también permitió estrechar lazos en el mismo sentido, con conglomerados editoriales, especialmente con Penguin Random House. “La considerábamos una editorial muy lejana y a veces insensible a nuestras necesidades. Pero hemos podido negociar acuerdos más atractivos y más justos para ambos lados. Incluso ellos nos han facilitado algunos talleres especializados, por ejemplo, de marketing digital y para librerías. Pero esto no se dio de la noche a la mañana, ha sido producto de largos diálogos”.
Tener voz en el gremio
Otro de los intereses fundamentales de la red es que su voz tuviera un peso específico en la toma de decisiones dentro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), misma que, reconoce Bautista, “se ha abierto, ha escuchado nuestras peticiones y nos hemos beneficiado con los acuerdos que tiene con empresas de envíos, aunque todavía no se logra todo el acercamiento que deseamos”.
En agosto pasado, el presidente de la Caniem, Hugo Setzer, priorizó que la Cámara debía sostener reuniones con las dos asociaciones de libreros en el país (reli y almac) para mejorar las relaciones funcionales con este eslabón. Esto lo reiteró hace un par de semanas, durante la ceremonia de apertura de las jornadas de profesionales de la FILUni.
“Está puesto el tema sobre la mesa”, señala Bautista. “Queremos formar parte de las decisiones fuertes dentro de la cadena editorial. La Caniem es nuestra representante ante el gobierno y deseamos estar ahí. No vamos a dejar el esfuerzo por hacernos presentes, no queremos volver al silencio”.
Serán escuchados en el Senado
A todo lo anterior, la vocera de los libreros independientes confirma que se sumará en breve la realización de un primer foro sobre librerías y políticas públicas en la Cámara de Senadores, entre otros temas, “para volver a colocar el tema del precio único en el centro de la discusión”. Este foro, adelanta, se está trabajando ya con dos legisladores y se podría concretar entre octubre y noviembre.
Asimismo, comparte que la reli echará a andar en 13 librerías una herramienta tecnológica de gestión, inventario y metadatos que se volvió impostergable por el endurecimiento de las reglas del juego por la crisis sanitaria y económica. “Aunque siempre hayamos estado acostumbrados a trabajar con las notas a mano o con el Excel, ya no es posible. Tenemos que iniciar con el requisito mínimo para después acceder a otras tecnologías, otras formas de consumo y de relación con el lector, porque ya nos estábamos quedando muy atrás”.
Por si fuera poco, añade la cofundadora de la Librería Hyperión, la Universidad Autónoma de Nuevo León (uanl), a través del director de su sello editorial, Antonio Ramos Revillas, se acercó con la reli para conversar sobre la posibilidad de abrir una escuela para libreros validada por esta institución.
“A veces lo perdemos de vista, pero también somos un negocio y tenemos que ser un buen negocio para poder sostenernos. Sabemos que nada de esto va a ser de la noche a la mañana, pero lo ideal es que en un mediano plazo todo esto se refleje en que los libreros puedan vivir dignamente de su trabajo. Es lo único que queremos”, concluye.
Fuente: El Economista