Los humanos, animales y plantas padecen cada vez más la actividad industrial y su
correspondiente consumo de energía, la cual en su mayoría tiene emisiones importantes
de gases de efecto invernadero, de los cuales derivan olas de calor, sequías,
inundaciones, huracanes, pérdida de biodiversidad, escasez de agua, entre otros efectos
que se han ido acentuando en estos últimos años.
Ante ello, cada industria debe cuestionar seriamente su forma de generar valor,
buscando alternativas más amigables con el medio ambiente. Existe un espacio de
maniobra muy grande en cuanto a la reducción de la huella de carbono de los procesos
productivos. Entre las medidas posibles, existe la reutilización de material reciclado, la
eliminación de plásticos de un solo uso, la disminución de la energía requerida para
operar y su obtención a partir de fuentes renovables, sustituyendo cuanto antes los
combustibles fósiles.
El transporte de personas y mercancías representa una parte importante del impacto
ambiental de las empresas. Aún se opera con un modelo donde, de forma regular, cada
individuo debe presentarse físicamente en su corporativo, en reuniones con clientes, en
prospección en eventos, visitas a sitios para programar las siguientes fases de un
proyecto. Asimismo, hay servicios que incluso implican enviar diariamente plantillas de
personas a prestar servicios a las instalaciones de los clientes.
En este último caso se encuentran los servicios de seguridad privada, aún basados en
la presencia de guardias en accesos, bodegas, sucursales, tiendas, o en ruta. Esto viene
de premisas donde una persona en sitio es la mejor forma de detectar y hacer frente a
situaciones de riesgo. No obstante, además de implicar el desplazamiento, tan solo en
México, de cerca de un millón de personas al interior de las ciudades e incluso por
carretera, para cubrir un turno en su puesto de vigilancia, está demostrado que hay
alternativas para implementar los controles que se pretende cubrir con dicho personal de
seguridad.
Con la llegada de dispositivos tecnológicos y redes capaces de transmitir grandes
volúmenes de registros digitales, es posible registrar y controlar en tiempo real cada
entrada y salida de personas, vehículos y mercancía, con mayor precisión y trazabilidad
con respecto a lo que resulta cuando este mismo proceso es realizado manualmente por
un elemento en sitio.
Dispositivos pequeños, de bajo costo, y de alta fiabilidad, permiten medir y reportar una
gran cantidad de condiciones del sitio, tales como temperatura, humedad, carga
eléctrica, uso de equipo de protección, nivel de alcoholemia, patrones irregulares en la
actividad interna, identidad de los individuos por medio de biométricos, así como hacer
cruces con bases de datos de personas, vehículos u objetos, a fin de identificar
situaciones que requieran tratamiento especial.
A las ventajas operativas, presupuestales y ambientales, se suman aspectos de
dignificación de las condiciones laborales de quienes si requieran seguir operando en
sitio, pues además de depurar de su tramo de responsabilidad las tareas manuales tales
como abrir plumas o portones, se consigue reducir su carga horaria e incluso incrementar
sus ingresos, al reasignar el presupuesto disponible a una plantilla menor de gente en
sitio, complementada por equipo arrendado que refuerce o guíe su trabajo.
La migración hacia servicios de seguridad remota será posible en la medida en que las
empresas refrenden su compromiso con el medio ambiente, se fije metas ambiciosas, y
tengan la apertura para cambiar la cultura interna y percepción general de los riesgos y
su manera de enfrentarlos.
Por: Dr. Jorge Uribe Maza, Grupo IPS México