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Uno de los premios más esperados de la Academia Sueca, el Premio Nobel de Literatura 2021, se entregó el pasado 7 de octubre al novelista tanzano Abdulrazak Gurnah, por su conmovedora descripción de los efectos del colonialismo.

“El 2021 Nobel Prize en Literatura se otorga al novelista Abdulrazak Gurnah ‘por su penetración intransigente y compasiva de los efectos del colonialismo y el destino del refugiado en el abismo entre culturas y continentes’”, indicó la Academia Sueca.

Nacido en la isla de Zanzíbar en 1948, Gurnah se instaló en Inglaterra a finales de los años sesenta y es autor de diez novelas, entre ellas Memory of Departure, Pilgrims Way, Dottie, Paradise, Admiring Silence o By the Sea.

Gurnah es el quinto escritor africano galardonado con el Nobel, después de Wole Soyinka (Nigeria, 1986), Naguib Mahfuz (Egipto, 1988), y los sudafricanos Nadine Gordimer (1991) y John Maxwell Coetzee (2003).

Comenzó a escribir a los 21 años en el exilio inglés, y aunque el suajili era su primer idioma, el inglés se convirtió en su herramienta literaria. Ha dicho que en Zanzíbar su acceso a la literatura en suajili era prácticamente nulo y que sus primeros escritos no podían contarse estrictamente como literatura.

Hasta su reciente jubilación fue profesor de Literatura Inglesa y postcolonial en la Universidad de Kent, en Canterbury. El tema de la perturbación del refugiado, según la academia sueca, recorre toda su obra.

Su cuarta novela, Paradise (1994), se desarrolló a partir de un viaje de investigación a África Oriental alrededor de 1990; es un relato sobre la mayoría de edad y una triste historia de amor en la que se estrellan diferentes mundos y sistemas de creencias.

En el tratamiento que le da a la experiencia de los refugiados, la atención se centra en la identidad y la imagen que se tiene de sí mismo. Los personajes están a caballo entre culturas y continentes, entre una vida que fue y una vida emergente, y en un estado inseguro que nunca se podrá resolver, explicó la Academia Sueca sobre su obra, y añadió que Gurnah “rompe conscientemente con las convenciones, cambiando la perspectiva colonial para resaltar la de las poblaciones indígenas”.

Así, su novela Desertion (2005), sobre una historia de amor, se convierte en una franca contradicción con lo que ha llamado “el romance imperial”. Gurnah a menudo permite que sus narrativas cuidadosamente construidas conduzcan a una comprensión “difícil de conseguir”, según la Academia sueca, que explicó que un buen ejemplo es su tercera novela, Dottie (1990).

Esa novela es el retrato de una mujer negra de origen inmigrante que crece en duras condiciones en la Inglaterra de los años 50, cargada de racismo, y debido al silencio de su madre que carece de conexión con su propia historia familiar.