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Por Hugo Setzer, presidente de la caniem y expresidente de la Unión Internacional de Editores. Twitter: @HugoSetzer.
Texto publicado por El Universal en su suplemento Confabulario en marzo de 2024.

Me sucede con frecuencia. En diversos foros en los que me presento como editor o representante de los editores, es común el cuestionamiento. “¿No le da vergüenza que con su actividad están talando y destruyendo nuestros bosques?” Es una pregunta sobre la que vale la pena reflexionar. ¿En verdad estaremos destruyendo nuestros bosques? ¿Qué tan sostenible puede ser nuestra industria?

Desde hace tiempo yo afirmaba que los editores buscamos obtener papel de bosques sustentables para nuestras ediciones, pero no tenía datos duros para comprobarlo.

La industria del papel en México es pionera a nivel internacional por su preocupación por el medio ambiente. Ha logrado reducir dramáticamente el consumo de agua en su producción y México está entre los primeros tres países que cuentan con los mejores niveles de reciclamiento. Un orgullo.

Aun así, pensamos que nos faltaba algo. Por ello nos acercamos a la más importante organización internacional para el cuidado de los bosques: el Forest Stewardship Council, o fsc.

Aun así, pensamos que nos faltaba algo. Por ello nos acercamos a la más importante organización internacional para el cuidado de los bosques: el Forest Stewardship Council, o fsc.

“El cambio climático constituye un desafío definitorio de nuestro tiempo. Una de las formas más efectivas de combatirlo es a través de bosques sanos y resilientes. Los bosques ayudan a regular nuestro clima al absorber y retener el dióxido de carbono presente en la atmósfera. Cuanto más sano es el bosque, más carbono captura y almacena.

Pero hoy, la destrucción de los bosques representa por lo menos el 10 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono anuales. Cuando los bosques son administrados de forma responsable para preservar la biodiversidad, sus plantas y árboles pueden extraer más dióxido de carbono de la atmósfera y reducir el cambio climático.”

El FSC se fundó en 1993 como una certificación voluntaria para la silvicultura sostenible que promueve una gestión de los bosques del mundo ambientalmente sana, socialmente beneficiosa y económicamente viable. “En la actualidad, el FSC cuenta con la más amplia red de cadenas de suministro certificadas, que permite establecer conexiones entre los mercados y la silvicultura sostenible, lo que incluye más de 200 millones de hectáreas de bosques gestionados conforme a las normas del FSC.”

Una de las cosas que me llamó la atención de FSC es que no solo se preocupa por los boques, sino por todo el ecosistema, desde la fauna que habita allí hasta las comunidades que subsisten de esos bosques. Esto hace realmente sostenible el modelo de explotación forestal responsable.

Por ello es que en la Cámara de la Industria Editorial Mexicana acabamos de firmar un acuerdo trascendental con FSC. Un acuerdo que nos ayudará a los editores a cumplir con nuestra responsabilidad con el medio ambiente y más allá. En una apasionante conversación con el Ing. Alfonso Argüelles, líder de FSC en México, él me decía que a través de FSC las organizaciones contribuyen con al menos 11 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Los editores mexicanos tenemos un firme compromiso con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Por ello nos hemos adherido al Pacto de los Editores por los ODS (más información aquí) y suscribimos este histórico acuerdo con FSC.

De cara al 2030, hay todavía tanto por hacer en cuanto a sustentabilidad. Estamos muy por debajo de las metas esperadas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para este momento. Esa es la mala noticia. La buena es que tenemos toda la voluntad para alcanzar las metas de 2030. Vale la pena. Es por nuestro futuro y por el legado que queremos dejar a nuestros hijos.

Fuente: El Universa