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Por Hugo Setzer, presidente de la CANIEM y expresidente de la Unión Internacional de Editores. Twitter: @HugoSetzer.
Texto publicado por El Universal en su suplemento Confabulario el 25 de febrero de 2024.

No se trata únicamente de los principales aliados, socios y cómplices de los editores, sino de la razón de ser de la industria editorial. Me refiero a nuestros autores y autoras.

Para hablar de ellos, tuve el privilegio de tener una muy agradable conversación-entrevista con una autora interesantísima. Se trata de Christel Guczka. Christel es una reconocida escritora con una treintena de libros publicados en diversos géneros para público adulto, juvenil e infantil. En el 2012 fue elegida como la escritora del año en Canadá dando conferencias sobre su obra en distintas universidades de aquel país. Ha obtenido reconocimientos en concursos literarios y algunas de sus obras de teatro han sido montadas en México. Christel me confió que es un mito que la creatividad llegue como por arte de magia. Es más bien mucho trabajo, para pensar, observar y depurar.

“Ser escritora no estaba en mi panorama. Comencé a estudiar arquitectura, pero me di cuenta de que no era lo mío y me cambié a Ciencias Humanas. Ahí se abrió otro mundo. Desde la preparatoria comencé a escribir. Yo era la cartera del salón de clases. Mis amigas me pedían que les escribiera cartas a sus novios, poniendo sus respectivos nombres en la autoría. Escribía todas las mañanas un poema en el pizarrón del salón. Era como un hobby para mí. Llegaba el maestro de la primera clase y pedía silencio para dedicar los primeros minutos a leer mi texto. Hoy reconozco que fue vital el sentirme validada por alguien más, en ese entonces, el profesor.”

“Mi primer libro fue de cuentos de terror. A través de amigos de mi madre llegó a una editorial y a los tres meses me llamaron porque querían publicar el libro; yo recién había cumplido diecinueve años. A partir de ahí colaboré en diferentes espacios vinculados a la literatura, y escribir no sólo se volvió una profesión sino una actitud de vida, que luego acompañé con formaciones de posgrado en el área. El trabajo con las editoriales ha sido muy importante. El publicar con una editorial le da seriedad y respaldo a tu obra, en comparación con la autopublicación. Lo digo porque hay un proceso de dictamen, que pasa por un filtro de especialistas. Después hay un trabajo muy importante de corrección de estilo, ilustración y diagramación para tener una obra publicada y que llegue, en su mejor versión, a manos de los lectores.”

“Una editorial le da además una dimensión a la obra totalmente diferente en cuanto al alcance. En lugar de dirigirte tan sólo a la familia y a amigos cercanos, la distribución de una editorial te permite llegar a mayores audiencias. Siempre me ha parecido que el trabajo de las autoras y los autores no ha sido bien comprendido. A veces pensamos que estos genios de la literatura escriben en una servilleta lo que se les va ocurriendo en camino a su trabajo “de verdad”. Nada más lejos de la realidad. Lo que te forma como escritor, como en todo oficio, es ejercitarlo, pulirlo, estudiar, profesionalizarlo, trabajar sin descanso hasta tener un manuscrito con el que te sientas satisfecho. Aunque siempre es difícil finalizar un libro, porque hay una especie de duelo, es importante tomar la decisión de ponerle punto final y dejarlo ir.
Me parece que de manera similar cuando lees un libro que te cautiva. Hay una especie de duelo cuando lo terminas.”

La conversación con Christel fue maravillosa, enriquecedora e inspiradora. Me dejó motivado, convencido del trabajo que hacemos los editores para llevar la creación intelectual de miles de autores a millones de lectores. Me siento privilegiado por mi oficio de editor. Gracias Christel.

Agradezco a la editorial Penguin Random House y a su gerente de derechos de autor, Quetzalli de la Concha, por las facilidades para esta entrevista.

Fuente: El Universal

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